14 de octubre de 2011

Un batallón de marines americanos contra las legiones de Octavio Augusto

Es una de esas historias que si no las ves no te las crees. James Erwin, quizás solo por pasar el rato, respondió en un hilo de Reddit a la pregunta de un usuario:

¿Podría destruir el Imperio Romano si viajara en el tiempo al reinado de Augusto con un batallón de infantería de Marines?

El bueno de James, comenzó, en un momento de inspiración, a escribir un relato de ocho días en el que un batallón del Cuerpo de Marines sirviendo en Afganistán, se traslada a las afueras de la Roma del siglo I antes de Cristo.

La sencillez de la historia, la rapidez del estilo y la conjunción del ánimo de veteranos de los marines, aficionados a la ciencia ficción y gente muy dispar, pasaron a hacer que la historia inspirara a varios usuarios hasta que llegó a oídos de un productor que, con buen juicio, puso en contacto al autor nada menos que con los estudios Warner Bros... ¡y le compraron los derechos para plasmar su historia en una película!

El relato, llamado "Rome, Sweet Rome" (Roma, dulce Roma), nos recuerda a las novelas de Harry Turtledove. Cuenta la historia de un batallón de Marines, un puñado de soldados afganos y algunos contratistas civiles que con vehículos, vituallas, armas y algunos helicópteros son trasladados al 23 a. de C. Gran acierto no explicar cómo sucede e ir a la acción directamente.

Al principio, los soldados se sienten confusos. El coronel al mando ordena hacer un reconocimiento con los helicópteros y descubren la ciudad de Roma. Tanto el emperador como sus rivales republicanos tratan de establecer contacto con los Marines -curioso que estos elijan como traductores a hispanoparlantes-. La aparición de los Marines -un batallón de más de 2.000 más personal auxiliar-, jugará un papel en la guerra civil que se advierte en el aire del joven imperio.

La potencia de fuego del batallón es muy superior a cualquier ejército de la Época Clásica, pero combustible, municiones y medicinas están contadas.

¿Cómo seguiría esta historia? ¿Lograrían los marines la supremacía sobre los romanos? ¿Conseguirían explotar pozos de petróleo y refinarlo? ¿Cómo cambiaría la historia?

3 de octubre de 2011

¿Y si los EEUU no hubieran participado en la Primera Guerra Mundial?

César Vidal responde a la pregunta de un oyente de esRadio:

Preguntas a la Historia. Es la mañana de Federico. 3-10-11

(a partir del minuto 13:30)

Opina que la Gran Guerra terminaría en un pacto favorable a Alemania. Para 1917, el Imperio Alemán sólo combatía en el frente occidental. La ayuda americana fue imprescindible para detener la ofensiva sobre París. Si no se llega a detener la ofensiva germana, se habría firmado una paz con amplias concesiones territoriales al Kaiser (Ucrania, Polonia...).

¿Hubiera habido una Segunda Guerra Mundial? Vidal opina que dependería de los deseos de revancha de Francia.


22 de septiembre de 2011

¿Y si encontráramos vida extraterrestre?

En The Alpha Road, debaten sobre el escenario más probable que seguiría al encuentro de vida extraterrestre. Se plantean algunas opciones plausibles:


  • Las religiones no encontrarán problemas en hacer casar el descubrimiento con su teología.
  • Como la forma de vida más probable a descubrir es una forma de vida microscópica, el público general no le dará importancia a la noticia.
  • Los aficionados a la ciencia ficción, estarían emocionados al principio, pero tampoco se desvivirían por el descubrimiento de microfósiles a cientos de millones de kilómetros. A ellos -a nosotros- nos molarían mucho más imágenes de ninjas amazonas sobre dinosaurios con implantes cibernéticos.
Vamos, que los únicos que disfrutarían con un descubrimiento tal, serían los científicos ortodoxos.

21 de septiembre de 2011

¿Y si nunca hubieramos descubierto la Teoría de la Evolución?

El diseñador Thomas Thwaites plantea en sus trabajos un original contrafáctico: ¿Y si nunca se hubiera desarrollado el evolucionismo? Thwaites imagina un mundo donde no hubieran surgido las consecuencias imprevistas de la teoría de la evolución: eugenesia, genocidio y sobre todo manipulación genética. El curso de la evolución humana se puede alterar porque no se conoce. Simplemente no existen prejuicios.

Así por ejemplo, los padres tratan de conseguir que sus niños se parezcan a ángeles y modifican sus extremidades, alargándolas para acoplarles alas.

Children in these families have their upwards growth arrested to minimise weight, and through judicious injection of hormones that control bone growth, have their arm span greatly increased, and their upper body strength greatly enhanced. The elongated arms provide points for the surgical grafting of attachment points for artificial feathers.

Claro que ante esto a mi me surge una duda: sin Teoría de la Evolución ¿qué otra teoría dominaría el estudio biológico? ¿La simbiogénesis? ¿El Diseño Inteligente? ¿Cómo hubiera afectado a otras disciplinas científicas? Es más, ¿afecta la evolución biológica a otras disciplinas? Yo creo que la evolución afecta a novelas de robots y a la ingeniería. En caso de no haberla descubierto, ¿cómo hubieran cambiado las historias de ficción y la ingeniería?

11 de marzo de 2011

Luces sobre Nova Tiberia

Tres días antes de los idus de octubre del año de Quinto Elio Tuberón, se organizó en Nova Tiberias una gran fiesta para honrar a las luminarias discretivas. El ciudadano corriente jamás alcanzaría a describir de forma explícita el origen de estas luces etéreas, inconstantes y enigmáticas. Su naturaleza, propósito y misión permanecen desconocidos para el común de los mortales. Es por ello que el edil ordenó prontamente una investigación.

Curiosa forma de actuar. Por una parte la magistratura de la ciudad honraba a las luminarias y por la otra, investigaba su origen y propósito. Tanto Cayo Marcelo como Lucio Hispano, caballeros encargados de llevar a cabo la investigación, de probada experiencia en armas y letras, aceptaron alegremente el encargo y no les importó en absoluto que se usara aquél fenómeno de la naturaleza como excusa para hacer una fiesta.

Lucio y Cayo comenzaron por obtener diferentes tomas diurnas y nocturnas en máquinas fotográficas. Ordenaron a algunos de sus clientes tomar nota de la posición del conjunto de luces y, finalmente, en las calendas de noviembre decidieron elaborar un informe pormenorizado y presentarlo ante la academia. Los datos recogidos no sirvieron para sacar ninguna conclusión.

Se decidió experimentar el efecto de un contacto directo con las luminarias para saber si había un elemento sólido que las originaba. Así, se lanzaron varias faláricas íberas y astiocos. El resultado fue el peor de los posibles: no hubo ningún resultado. Los proyectiles atravesaron en varias ocasiones las luces.

Pasó el tiempo y ninguna hipótesis de trabajo era útil o dejaba satisfechos a Lucio o a Cayo. ¿Acaso debieran guardar el expediente del caso en el sótano de la biblioteca municipal? Parece que no, ahora que contamos con un nuevo producto del ingenio romano: el aerostato.

Nos acercaremos a esas luces.