Graham Fuller se pregunta en Foreign Policy cómo sería un mundo sin islam.
Su tesis es que no hubiera variado mucho la cosa. En Oriente Medio, los países, con similares historias de colonialismo y descolonización, serían de mayoría cristiana ortodoxa. Las minorías culturales y étnicas serían las mismas que en nuestro tiempo -drusos, meronitas, árabes, persas, pashtunes...- y atribuye a la Iglesia Ortodoxa un similar antioccidentalismo al que profesan hoy ahí los islamistas radicales.
En el sudeste asiático, el islam sería sustituido por el hinduismo en Pakistán y Bangladesh y probablemente por otras religiones en Indonesia, Malasia y Filipinas.
Un escenario opuesto -un mundo sin cristianismo-, es el que propone Kim Stanley Robinson en Tiempos de arroz y sal, donde se describe un mundo en que la Peste Negra asola al 99% de la población europea.